El miércoles cumplí años, y en todas las conversaciones que he tenido desde entonces al respecto he comentado lo mismo: me siento mayor.
Ante esta declaración se han dado dos tipos de reacciones. Por un lado, mis amigas asienten con cara de circunstancia y siempre hay alguna que achaca la impresión al hecho de que cada vez estemos más cerca de los treinta. Por otro lado, el resto de personas que me rodea ―la mayor parte de las cuales me saca unos añitos― sonríe con cara de saber algo que yo todavía no sé, pero que soy capaz de intuir. «Quién los pillara» dicen muchos. La flor de la vida.
Ya sabéis que no me considero una persona nostálgica, y por ello jamás me ha entristecido hacerme mayor. Veo la fecha de mi cumpleaños como una celebración absoluta y siempre tengo ganas de lo siguiente, de todo lo que está por venir. Aun así, este año ha tenido un gusto diferente. Una consciencia especial de que la vida ya va en serio, influenciada por supuesto por muchos cambios vitales a mi alrededor.
Echando la vista atrás, en un intento de repasar lo que ha pasado en mi vida este último año, encuentro el mejor resumen de lo que se me ha ido moviendo por dentro en los siguientes puntos que os comparto. No pretenden ser lecciones de moralidad para nadie. Bien saben las personas que mejor me conocen que estoy lejos de ser un auténtico reflejo de lo que recogen las próximas líneas. Simplemente son consejos que me he ido dando a mí misma a lo largo del año, apuntados en una nota del teléfono, y que ahora quiero volcar aquí.
Vamos a ello.
No es eterno estar a la deriva1.
Mira a los ojos al decir por favor, perdón y gracias.
Haz preguntas.
Llama a las personas por su nombre.
Desconfía de quien no se conmueve.
Atrévete a no gustar.
No hagas leña del árbol caído.
Comparte lo que lees y comparte lo que escuchas.
No temas admitir lo que no sabes y aprenderás mucho más rápido.
Haz regalos porque sí.
Persevera en las tradiciones que amueblan tu vida y la de los tuyos.
No salgas a empatar.
Dedica tiempo de calidad a nutrir las relaciones que más valoras.
Compra dos tallas diferentes de tus vaqueros favoritos. El cuerpo cambia y es la ropa la que tiene que adaptarse a este, y no al revés.
Piensa bien cuáles son tus límites y dónde están tus fronteras. Tanto en el trabajo como en las relaciones personales.
Jalea los hobbies y dones de tus amigos. Todos necesitamos cheerleaders.
Pide consejo a tus abuelos.
Sacúdete la vergüenza de saludar primero. Quedas bien y sabes que siempre te sentirás peor si no saludas.
Corrige en privado y felicita en público.
Recibe gente en casa y cúrrate una mesa bonita. Te hace feliz y tus amigos lo valoran mucho.
Escribe. Te ayuda a entender mejor la vida y a entenderte mejor a ti.
Ríete de ti misma con mayor frecuencia. Casi todo es menos serio de lo que parece.
Piensa un poquito menos en el mañana y no planifiques tanto. Aquí y ahora.
«Dedícale un minuto hoy a lo que te gustaría dedicarte el resto de tu vida. Igual mañana son dos».2
Ambiciona los carismas mejores.
Confía.
No sé qué me deparará este año, pero lo arranco con el propósito de seguir ampliando mi lista y acudiendo a ella cuando necesite aliento o alguna que otra colleja, porque me hace aspirar a una mejor versión de mí misma, una que no quiero dejar de perseguir.
Que por nadie para el reloj de arena
Quiero decir que valió la pena
¡Que empecéis el mes de junio con buen pie y tengáis muy buen comienzo de semana!
BM.
Todo lo de esta canción.
Gracias Martis
¡Muchas felicidades! Y qué buena lista de consejos de vida :)